El fenómeno del dinero negro, o economía sumergida, es una realidad presente en muchos sectores de la sociedad, y el ámbito de la medicina privada no es una excepción. En particular, algunos especialistas médicos que ofrecen consultas particulares han adoptado la práctica de no aceptar pagos con tarjeta de crédito o débito, prefiriendo cobrar en efectivo para evitar declarar sus ingresos a Hacienda. Este tipo de comportamiento genera una serie de problemas tanto para el sistema económico del país como para los pacientes.
La Realidad de las Consultas Médicas Privadas
Muchos profesionales de la salud, como dermatólogos, oftalmólogos o traumatólogos, entre otros, ofrecen consultas privadas cuyos precios suelen oscilar entre los 150 y 200 euros por sesión. Aunque esta práctica es completamente legítima y común, algunos de estos médicos prefieren evitar el uso de medios de pago electrónicos que puedan dejar un rastro de la transacción. De este modo, eluden declarar el ingreso obtenido a las autoridades fiscales, lo que se traduce en un caso típico de economía sumergida.
Este tipo de comportamiento no solo constituye un fraude fiscal, sino que también perjudica a los pacientes. En muchos casos, aquellos que desean pagar con tarjeta de crédito o necesitan un recibo oficial para declarar el gasto en su declaración de la renta, se ven presionados a pagar en efectivo, lo que los deja sin justificación fiscal para deducir ese gasto médico.
El Impacto en la Economía y la Sociedad
La economía sumergida tiene consecuencias negativas a gran escala. Cuando los médicos u otros profesionales no declaran sus ingresos, se disminuyen los recursos del Estado, lo que afecta la capacidad de invertir en servicios públicos esenciales, como la sanidad o la educación. Según estudios sobre el tema, la evasión fiscal en sectores como el de las consultas médicas privadas puede suponer una pérdida considerable de ingresos para las arcas públicas.
Además, estas prácticas generan una competencia desleal entre los propios médicos. Aquellos que sí cumplen con sus obligaciones fiscales y declaran correctamente sus ingresos pueden verse en desventaja frente a quienes operan en la sombra, ya que no tienen que soportar los mismos costos fiscales.
La Solución: Más Control y Conciencia
Para combatir el problema del dinero negro en las consultas médicas privadas, es fundamental que se refuercen los mecanismos de control fiscal y se promueva una mayor concienciación entre los ciudadanos. Los pacientes también juegan un papel crucial, exigiendo siempre un recibo y optando por métodos de pago que dejen constancia de la transacción.
En última instancia, erradicar estas prácticas beneficiaría a todos, garantizando un sistema fiscal más justo y equitativo para el conjunto de la sociedad.